jueves, 25 de abril de 2013

Vida -parte 5-

Desperté un tiempo después, aunque no recordaba el momneto exacto en que me había dormido.

La última imagen que conseguía era un cielo estrellado. Precioso.

Levanté la vista en un intento de conocer la hora exacta.

Agua. Estaba rodeado de agua. Encima mía, había una especie de cúpula de algún material transparente (¿Cristal, podría ser?) que mantenía una atmósfera respirable en las profundidades acuáticas.
¿Quien lo habría creado? pensé.

Repuesto ya de la sorpresa inicial, empecé a caminar para encontrar vida, comida, o el límite de aquello.

No podía ser infinito.

A medida que andaba, aparecían diversas plantas de extraños colores que podían ser comestibles, pero también existía el peligro de envenenamiento al que no quería arriesgarme.
Había, además, una especie de huertos cultivados lo que me aseguraba la existencia de seres inteligentes. Sin embargo, no via a nadie.

¿Dónde vivían?

Seguía avanzando pese al cansancio de varios días pero no podía rendirme ahora que había encontrado la posible salvación.

Escalé una pequeña elevación y, tras ella, descubrí una muralla que, desde mi posición, pude contemplar que contenía casas.
Con la emoción del momneto, apareció una energía en mí que no creía posible por las penurias y corrí hasta alcanzarla.
En la puerta de la ciudad, llamé.

No había guardias en el exterior.

1 comentario:

  1. ¿Un mundo debajo del agua? Me sorprendiste, te juro, porque esa posibilidad sí que no se me vino a la cabeza. Qué emoción, me pregunto qué ira a pasar .
    Me gusta mucho cómo escribís. Como que tiene cierta delicadeza; también me gusta el detalle de las cortas frases en cursiva :).

    Ahora me tengo que ir, pero mañana te sigo leyendo, porque me cautivaste con lo poco que leí.

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