jueves, 28 de marzo de 2013

Tangible.


Se sentía como en un laberinto sin salida.
Trataba de olvidar un nombre, y se le olvidaban miles de cosas más, pero no eso.
Se le olvidaba el tiempo.
Se le olvidaba el comer.
Se le olvidaba su propio nombre.
Se le olvidaba dónde estaba.
Se le olvidaba el mundo, pero no podía arrancarse la cabeza un simple nombre, que quizás  representaba su mundo.

Seguía divagando entre la realidad y el sueño. Ya no distinguía cuándo soñaba y cuándo podría recordar eso como recuerdo. Intentaba averiguarlo, pero, a veces, se atravesaba la mano y solo entonces era consciente de lo oníricos que eran los acontecimientos. O se creía en una pesadilla a pesar de cerrar y abrir los ojos, desesperadamente, tratando de despertar.
Era imposible. Se gritaba a todas horas “¿Qué es la realidad?” para que solo una voz interior le contestara también a gritos “La excusa para no creer y renunciar a tus sueños. Excusa de tontos, pusilánimes, no caigas tú también”.

Cada mañana, llevaba un centímetro más de ojeras en su cara de eterna vampiresa que se alimentaba a base de odio, sus ojos adquirían el brillo enfermizo de la locura sin poder pararlo y ni siquiera podía aliviarse con café, ¡lo odiaba! Nadie se daba cuenta, y, los pocos que lo hacían, eran los que conseguían sacarla de su eterno estado de indiferencia. “Pero ¿a quién realmente le importaba?” sonaba en su cabeza como una dulce melodía, mientras en su rostro aparecía ese deje de melancolía que arrancaba suspiros sin ser consciente de ello.

Vuelta al punto de inicio. “¿Qué es la realidad?” El último día, encontró la respuesta.
La felicidad.

Cartas que nunca fueron enviadas.


Querida Nada:
Últimamente, muchas veces me dicen que sirvo para ti, para Nada. También mencionan tu mellizo, Nadie. Que estoy en compañía de Nadie. Dale las gracias de mi parte por aguantarme todos los días, no sé cómo lo hace. ¿No se cansa de mí?
Otra cosa, ¿dónde vives? Si estoy a tu servicio, si prácticamente soy tu esclava, no sé cómo llego a tu casa. ¿Me teletransporto en sueño, quizás?
Respóndeme estas preguntas por favor, antes de que sea demasiado tarde.

Atte.: Tu amiga.

lunes, 25 de marzo de 2013

"Dulces sueños, bella durmiente!"

Ese andar desacompasado,
de muerta viviente,
de muñeca rota,
que te acompañaba siempre;
mientras yo te contemplaba
y me veía impotente.

Te caías una y otra vez,
y cuando te levantabas,
una nueva fisura, una grieta
más, que ocultar intentabas;
mientras yo te observaba
y miraba cómo sangrabas.

Aunque tú lo niegues, mi reina,
ya has sido desechada.
Callabas demasiado entonces
entre tus jerséis de algodón y lana;
mientras yo te lloraba
y era tu declive, mi hada.

Tres días más tarde,
fue tu funeral recordado,
pero tú aún no lo sabías,
que el final se había aproximado;
mientras yo te preparaba
tu último beso envenenado.

sábado, 23 de marzo de 2013

Vida —Parte 2—


Después de haberme pasado todo el día remando y contemplado el supuestamente precioso atardecer que no pude apreciar, el hambre y la sed— especialmente la sed— eran síntomas fácilmente perceptibles, así que retiré los brazos de la superficie marina y me eché a descansar.

No tenía otra posibilidad.

El silencio de la noche estaba siendo continuamente interrumpido por el sonido de mi estómago y la frustación por ello empezaba a despuntar en mi pecho.

—Es como el perro del hortelano, ni come ni deja comer— pensé en voz alta.

Y era cierto. No podía comer pero, además, tampoco disfrutaba de la quietud nocturna.

Las circunstancias no eran muy favorables.

Sin embargo, poco más tarde, el sueño venció y perdí la noción del tiempo.

Fue un sueño intranquilo, convulsionado, y me desperté con una sensación de mareo que me impedía razonar de manera fluida.

No había amanecido pero, mirando hacia el este, ya aclaraba con los primeros rayos del astro rey.

Reconfortaba la visión de la luz.

domingo, 17 de marzo de 2013

Episodio final.


Entre tinta,
gritaba.
Era la única
que escuchaba.

¿No te has cansado
de esperarme?
¿No te has hartado
de ausentarme?

Dejé de jurarme
el seguir,
cuando vi
lo veloz que fui
para alejarme.


sábado, 16 de marzo de 2013

Letras y besos de sangre.

Había desaprendido a distinguir el sueño
de la vigilia.
Había desaprendido a distinguir la mentira
de la sinceridad.
Había desaprendido a distingui el amor
del odio.
Y decició que, al final, solo es reallo imaginado, porque el resto está poblado de mentiras.

martes, 12 de marzo de 2013

Fuego.

El poder destructor contemplaba
de Guerra, un ente descontrolado.
Solo ruinas y terror sembraba,
abre los ojos, en ambos lados.

Se duerme con el toque de queda,
primera explosión despertante,
se refugian en la arboleda.
Es miedo y miseria latente.

¿Realmente existe la feliz paz,
la conocerá la terrenal faz?
¿O serán como un animal rapaz?

¿Sacumbir a la debilidad,
o seguir combatiendo sin final?
Es el eterno dilema letal.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Efímero.

Aquel día despertó y se encontró con una sorpresa.

La otra cama de su habitación en el hospital había sido ocupada.

Esperó a que se despertara y se presentaron. Nívea se llamaba y padecía del mal conocido como "huesos de cristal". Aunque no se lo preguntó, la joven supuso cuál era su enfermedad pues saltaba a la vista. El letal cáncer.

Fueron unos días de feliz convivencia. Estar solo era más fácil, quizás, pero otorgaba demasiado tiempo libre, demasiada soledad, y aburrimiento, mucho aburrimiento.

Con la aparición de la chica, descubrieron las largas noches de insomnio compartidas, las penas ajenas cuando te afectan, las risas que iluminan los amaneceres, los intentos de chiste cuando pretendes alegrar a otro, descubrieron la felicidad incluso estando ingresados.

Aun así, poco duró. Sabía desde hace varios meses que le quedaban, a lo sumo, un par de años de vida. Pero todo se precipitó.

Un día, Nívea despertó y se encontró una sorpresa. En la otra cama, había muerto, con una sonrisa celestial. Y se rompió.

martes, 5 de marzo de 2013

Malas pesadillas.

Hola, de nuevo.

Esto ya es rutina, pero aquí os dejo mi nueva entrada en Cuatro Suspiros.

Espero que la disfrutéis.