martes, 30 de abril de 2013

Hasta nunca.

No me esperes,
adiós.
Me alejaré,
y huiré,
y desapareceré,
y no volveré.

-Sin ti, sin tus sueños-

No me busques,
jamás.
Me esconderé,
y mimetizaré,
y no te encontraré.

-Sin ti, sin tus huellas-

No me llames,
nunca.
Me aislaré,
y no contestaré.

-Sin ti, sin tu voz-

No me mientas,
más.
Me ensordeceré.

-Sin ti, sin tus velos-

No me edulcores
la realidad.

-Sin ti, sin tus ilusiones-

jueves, 25 de abril de 2013

Vida -parte 5-

Desperté un tiempo después, aunque no recordaba el momneto exacto en que me había dormido.

La última imagen que conseguía era un cielo estrellado. Precioso.

Levanté la vista en un intento de conocer la hora exacta.

Agua. Estaba rodeado de agua. Encima mía, había una especie de cúpula de algún material transparente (¿Cristal, podría ser?) que mantenía una atmósfera respirable en las profundidades acuáticas.
¿Quien lo habría creado? pensé.

Repuesto ya de la sorpresa inicial, empecé a caminar para encontrar vida, comida, o el límite de aquello.

No podía ser infinito.

A medida que andaba, aparecían diversas plantas de extraños colores que podían ser comestibles, pero también existía el peligro de envenenamiento al que no quería arriesgarme.
Había, además, una especie de huertos cultivados lo que me aseguraba la existencia de seres inteligentes. Sin embargo, no via a nadie.

¿Dónde vivían?

Seguía avanzando pese al cansancio de varios días pero no podía rendirme ahora que había encontrado la posible salvación.

Escalé una pequeña elevación y, tras ella, descubrí una muralla que, desde mi posición, pude contemplar que contenía casas.
Con la emoción del momneto, apareció una energía en mí que no creía posible por las penurias y corrí hasta alcanzarla.
En la puerta de la ciudad, llamé.

No había guardias en el exterior.

martes, 23 de abril de 2013

Replanteamiento.

Buenos días y feliz día del libro.

Sé que hace un mes escaso, dije que intentaría subir dos entradas por semana; una, los lunes y otra, los jueves. Pues he descubierto que podía mantener ese ritmo en periodo de vacaciones, pero que, ahora, en pleno último trimestre y finales, no me conviene. Puedo hacerlo, pero van antes cosas que considero más importantes y por eso, no lo voy a cumplir.

Intentaré que haya algo cada jueves, pero tampoco prometo nada. Puedo daros mi palabra de que cada semana (el día es otro asunto) subiré.

Y eso es todo.
Gracias.

jueves, 18 de abril de 2013

La condesa.

Bella, joven doncella contratada,
¿sabes lo que te espera en tal casa?
¿qué es? ¿Quién es aquella deforme masa?
¿Y qué es? ¿De qué es esa bebida dada?

No abras esos lúgubres aposentos.
No preguntes por la negra leyenda.
¿Seguirás, tentarás la oscura senda?
Preguntas sin soluciones, a cientos.

Ves, acompaña a la grácil señora,
ves, enfréntate a la curiosidad.
Acabas de firmarte tu última hora.

En el vil líquido introducida:
"Dijo: 'Te serviré con lealtad',
y me dio su roja alma por mi vida".


lunes, 15 de abril de 2013

Buenos días.


Buenos días, tardes, noches, la hora que tengáis:

Supongo que sois conscientes de que detrás de estas publicaciones más o menos periódicas, hay una persona que se encarga de hacerlo, con su previa preparación, y estrujamientos de cabeza.
Pues bien, siento comunicaros que esta persona, es decir, yo, también le afectan las enfermedades. Con esto, quiero deciros que no hay poema hoy, pese a que es lunes, y (supongo) tampoco habrá nada el jueves. El motivo es un dolor de cabeza tal que impide juntar dos palabras seguidas con un mínimo de cadencia e impersonal, a la vez.

Gracias por seguir leyendo, y deseo que para la semana que viene (o antes, si es posible) haya conseguido escribir algo.

miércoles, 10 de abril de 2013

Vida —parte 4—


Mi cuerpo se disparó hacia la superficie, después de haber estado bajando diez metros en los que no había reaccionado.

Fue un timepo precioso que perdí. Demasiado.

La tempestad, sin embargo, no había suevizado, sino que, al contrario, convertido en una bestia indomable.
Los truenos eran como rugidos interiores, aterrorizadores. Los rayos, más que iluminar, sumían en la completa ceguera, ya que las pupilas no tenían tiempo para acostumbrarse.

Pero iba a mejorar. ¿O no?

Seguía pataleando para evitar hundirme pero eso no podía evitar que, a veces, el agua invadiera mi boca e, incluso, mis fosas nasales. Escocía.
No creía en los milagros y dudaba mucho que apareciese de la nada alguna salvación. A lo máximo que aspiraba, era que las olas me acunasen hasta una costa que, con suerte, contuviera alimentos.

Me lo jugaría a todo o nada, me dejaría llevar.

lunes, 8 de abril de 2013

Me he quedado sin títulos


—Despojo humano,
cuerpo putrefacto,
títere exánime,
háblame.

—Idiota invisible,
regazo de mimbre,
belleza ajada,
calla.

»¿Y qué decir ya,
si la voz muerta yace?
¿Y qué gritar más,
si la ilusión no pervive?

jueves, 4 de abril de 2013

Vida — parte 3—


De un momento a otro, el cielo se llenó de oscuras nubes de tormenta, tapando el comienzo del día.

Si me guiaba por la oscuridad, seguía pareciendo de noche.

No me agradaba la idea, pero era consciente de que debía empezar a avanzar de nuevo, ya que no me podía permitir ni la pérdida de tiempo, ni la de energia.
El único problema que se me planteaba ahora es que sin la ayuda del Sol, era más difícil guiarme y saber si iba por el camino correcto, si me había desviado, o si estaba yendo en círculos.

Decidí confiar en el futuro incierto.

Mal hecho (o bien, según con qué cristal se mire) pues poco más tarde, empezó a diluviar, convirtiendo así la superficie tranquila y clara, en una oscura y siniestra. Los animales que habitaban en el agua, y antes me habían parecido tan apacibles, ahora se tornaban peligrosos.
Decidí no luchar contra la corriente y dejarme llevar por ella, y quizás por un golpe de suerte, me llevase a una costa segura.
Pero no salió como esperaba. La insegura “barca” (si es que se podía llamar así) empezó a moverse al ritmo de las salvajes olas. Pronto, me vería en las mismísimas aguas que temía.

La muerte parecía inmitente.

Continuará... (Que sí, que no me lo creo ni yo, pero no acaba allí, que vive, VIVE.)

lunes, 1 de abril de 2013

Cadenas.


Al fondo del pozo, estaba encadenado.
Más abajo, nada más que profunda oscuridad,
si levantabas la vista un instante, el final anhelado.

Luchaba siempre, día y noche, a todas horas,
en la más desolada e infeliz soledad.
Las luces del final brillaban, eran encantadoras.

Una mañana, una grata sorpresa le esperaba.
Gritó “Quiero salir de esta oquedad”.
De los grilletes oxidados se liberaba.

El esperado ascenso se volvió inolvidable,
era como si desapareciese toda adversidad.
En su rostro, solo el rastro de una sonrisa afable.

Cuando tocaba el final, cuando ya alcanzaba,
se convirtió en su contra el cosmo, la inmensidad.
Miles de tentáculos se alzaron, se desvaneció el alba.

Desesperanza era su nuevo lema, su nuevo lema.
Con el paso del tiempo, la ceguera ya no es novedad,
¿quién era para ir contracorriente? Un solo hombre.