Al fondo del
pozo, estaba encadenado.
Más abajo, nada
más que profunda oscuridad,
si levantabas la
vista un instante, el final anhelado.
Luchaba siempre,
día y noche, a todas horas,
en la más desolada e infeliz soledad.
en la más desolada e infeliz soledad.
Las luces del
final brillaban, eran encantadoras.
Una mañana, una
grata sorpresa le esperaba.
Gritó “Quiero
salir de esta oquedad”.
De los grilletes
oxidados se liberaba.
El esperado
ascenso se volvió inolvidable,
era como si desapareciese toda adversidad.
era como si desapareciese toda adversidad.
En su rostro,
solo el rastro de una sonrisa afable.
Cuando tocaba el
final, cuando ya alcanzaba,
se convirtió en su contra el cosmo, la inmensidad.
se convirtió en su contra el cosmo, la inmensidad.
Miles de
tentáculos se alzaron, se desvaneció el alba.
Desesperanza era
su nuevo lema, su nuevo lema.
Con el paso del
tiempo, la ceguera ya no es novedad,
¿quién era para ir contracorriente? Un solo hombre.
¿quién era para ir contracorriente? Un solo hombre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios suelen ayudar a crecer, sobre todo, si indican qué se debe mejorar o los posibles puntos flacos. Gracias.