lunes, 10 de septiembre de 2012

Sola. Vacía y sola.

Cada vez creo que la soledad es la mejor opción.
Cada día pierdo más la esperanza.
De pequeña, mi lema era "Hay pocas buenas personas, pero existen.". Ahora, dudo más con cada amananecer. Ya no sé en qué creer. Me corrijo, ya no sé en quién creer.
Le conoces, crees que vale la pena, te confías y, el día menos esperado justo cuando más le necesitas, te abandona.
¿Dónde quedaron nuestras promesas?
¿De qué sirvieron los "Para siempre"?
¿Los "Nunca te abandonaré"?
Me la han jugado demasiadas veces. Ya no quiero sufrir más, ya no quiero confíar más. Pero sé que volveré a caer en la misma trampa. Porque soy humana, y los humanso son los únicos animales capaces de caer en el mismo agujero. Y luego decimos que somos inteligentes... Inocentes e ingenuos humanos.
"Lo que hace que las traiciones duelan, es que vienen de los más inesperados."

sábado, 1 de septiembre de 2012

No es nada.

Estás temblando. Apenas te puedes sostener en pie. Tu corazón accelera hasta límites insospechados.
—Es tu turno.— te dicen.
Tienes que ordenarte andar.
Un pie, luego el otro, otra vez el primero, ahora el segundo. No olvides la sonrisa. Debo transmitir seguridad, aunque sea la última cosa que sienta.
Y sales.
Ves miles de personas delante tuya.
Observándote, aumentando cada fallo tuyo, esperando para que des un paso en falso y dejarte en ridículo.
No debo dejarme dominar por el pánico.
Abres la boca.
Y ningún sonido sale.
Te has bloqueado, te sientes incapaz, pero no puedes dejarte en evidencia, no puedes sabiendo que los hay mejores, pero tú tuviste la oportunidad.
Tu pulso se para por un momento.
Empiezas a hablar, te estancas por varias sílabas y, a medida que avanzas, cobras seguridad.
Acabas, y no puedes creértelo. Te has enfrentado a tu mayor miedo. El público, el escenario, el mostrarte.
Tenían razón, creo. No era para tanto.
Pero para ti es una batalla más ganada. Una de las importantes.

Sonrisas rotas.

"Ríe ante los problemas." te dijeron.
Y eso hiciste.
Empezaste con una débil sonrisa,
se ensanchó,
se convirtió en una carcajada.

Y, entonces, empezaste a llorar.
Ya no se pudo distinguir
entre sollozo y carcajada.
No se sabía dónde estaba el inicio
y el final de cada una.
¿Acaso son diferenciables? Sólo son las dos caras de la misma moneda, dulzura. 

Vuelta, pues no abandono.

Buenas tardes.

No sé si realmente alguien lee esto, pero me da un poco igual. Yo me siento un poco mejor cada vez que lo hago y con eso me encuentro satisfecha.

Decir que ya he vuelto de mis vacaciones y que cada vez que pille el ordenador, subiré algo. He tenido tiempo de sobra para inspirarme, aunque he descubierto que necesito estar en un lugar conocido para sentirme suficientemente segura.

Y esto era todo lo que quería contar.