Cuando empiezas en un lugar nuevo,
tienes miedo.
Miedo a lo desconocido, a cómo serás recibido, al rechazo, a miles de cosas.
Puedes llegar con una actitud u otra.
Puedes llegar con dignidad
o arrastrándote para que caigas bien.
Tú decides al fin y al cabo.
Pero el resultado puede ser el esperado.
O no.
Nunca lo sabrás.
Hasta que te atrevas
y te lances al vacío.
Te puede recibir algodón
blandito y seguro.
O un campo de espino
dónde tienes que tener cuidado.
Yo decidí lanzarme.
Pero, la pregunta es:
¿Y tú?
¿Qué harás?
Más que cierto, sin duda. Cada uno tiene su propia forma de empezar, de afrontar las cosas. Y no hay forma de decir si alguna es correcta o errada.
ResponderEliminar(no sé si te lo pedí ya, pero, ¿podrías sacarle la comprobación de palabras a los comentarios? gracias :) )