Vi por la ventana que llovía.
Me asomé.
Eran recuerdos.
Reconocí alegres.
Risas, sonrisas.
Chistes, caídas.
Reconocí tristes.
Angustias, lágrimas.
Rechazos, cortes.
Salí.
Me empapé de ellos.
Calaran hondo.
Me llegaron al corazón.
Me anclaron.
Me despojé de la ropa.
Y decidí empezar de nuevo.
"Porque, a veces, los recuerdos son enfermizos."
Los recuerdos son una cosa complicada. A veces nos detienen; a veces nos impulsan. Creo yo.
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